lunes, 19 de septiembre de 2011

CARTA A GRETTERELL



Gretterell:


¡Cuánto esperaba yo escribirte!, no sabes cómo lidié con el papel y la tinta; tantas cosas te escribí, y ninguna me atreví a enviarte, sé muy bien por qué.
Te cuento que me he alejado bastante de donde me gustaría estar, ya conocí cada rostro del mar, del amado y viejo amigo mar, en cada pliegue de arena que existe en la esfera. En cada uno te recordé...
A pesar del dolor abismal que me abruma, no logro desmayarme, es como si  algo estuviera enfocado en mi condena, sin dar tregua si quiera, a la muerte misma. No encuentro salida, esto es abrumador...
Sobre mi viejo amigo, me contó que le has visitado, fué sumamente extraño, tenía los ojos cerrados y te vi con sus ojos, sigues siendo lo mas hermoso del mundo...
Hoy por la mañana, me encontré dos hojas de aquel, tu árbol, no pude con lo sucedido, no asimilo aún cómo pudieron llegar hasta mí desde tu jardín; una extraña crisis me invadió y me fulminó, caí temblando incontrolablemente al suelo y me perdí; hace un par de horas logré regresar en mí, busqué tus fotos y logré drogarme con mentiras, asegurándome, estas aquí, ahora sonrío, engañado en mi mundo alterno. Lulú, Oso Rulo y Manuel, ya no me hablan, ni me miran siquiera, creo me quieren dejar de imaginar...
Te adjunto un tulipán de la región de Flevoland, espero te guste...


Saludos, un abrazo y beso en vuestra frente, mis bendiciones contigo, mis plegarias para vos...


(Espacio borrado y censurado, se decían muchas cosas sinceras y hermosas que podían mover de manera extraña a la tierra del Sístole y del Diástole)...


Eternamente tuyo, Roberto...






"Dame sólo un beso que me alcance hasta morir"